Hace ya varias semanas las autoridades dominicanas
desmantelaron una mafia que traía mujeres de Colombia y Venezuela, y las mantenía en cautiverio, unas 45 mujeres en total, pues ahora Nuria
hace un reportaje aportando nuevos y asombrosos detalles de esta trata de
personas.
Se trata del club Casa Blanca, ubicado en Licey al
medio, Santiago, donde operaba una red que traficaba con estas mujeres
cuyas edades estaban entre los 19 y 29
años de edad.
Lo primero es que estas
mujeres fueron captadas en sus países de origen, por la condición de pobreza en
que vivían y los encargados del centro les hacían promesas de un futuro mejor,
pero eran puestas a trabajar como esclavas para su lucro personal.
Estos desaprensivos les
retenían sus pasaportes y documentos, y al tenerlos retenidos, las subordinaban.
Ellas eran retenidas por la fuerza, estrechamente vigiladas y obligadas a pagar
multas por múltiples cosas.
Los
clientes pagaban un total de 14,000 pesos por salir con una de las muchachas y
de estos a ellas les tocaban 3,000 pesos, pero los mismos que las
tenían retenidas, les cobraban precios muy caros por hospedaje, comida, ropa y
perfumes que ellas usaban para los clientes.
Entre las cosas que se
incautaron, hubo varios vehículos de lujos y armas de fuego, algunas de ellas
chapadas en oro y con el nombre del principal cabecilla de toda esta mafia y
otras con la capacidad de traspasar chalecos antibalas.
Al frente de esto, por
supuesto, la bella, inteligente y capaz fiscal de Santiago Luisa Liranzo, chequeen el porte de esa mujer, con dos
o tres más así al frente de instituciones de este país, la cosa fuera
diferente.