Atención Mujeres – Después de leer esto, nunca más volverás aponer papel de baño sobre el asiento del inodoro. ¡Nunca Entérate por que!
Los servicios públicos
pueden ponerse muy sucios en muy poco tiempo. Todos hemos necesitado
urgentemente ir al baño y al abrir la puerta, nos hemos topado con algo
repugnante dentro. ¡En ese momento uno
se pregunta si realmente necesita pasar por ese tormento después de todo!
Uno no sabe quién más ha estado sentado en ese váter antes. Entonces, ¿qué hacer?
La respuesta parece obvia:
colocar un poco de papel de baño en el asiento para por lo menos poner una
barrera entre nosotros y los gérmenes. Es mucho mejor que no te salpique nada
de los usuarios anteriores, ¿cierto?
Lo cierto es que esto no es
para nada lo que debes hacer. De hecho, nunca se debe poner papel de baño sobre
el váter, porque lo cierto es que el asiento está ingeniosamente diseñado.
Durante años muchos pensaban
que los asientos estaban llenos de gérmenes y otras porquerías, y que se
enfermarían de todo tipo de infecciones gastrointestinales, o incluso de cosas
más graves. Sin embargo, su singular forma y cubierta especialmente suave en
realidad previenen la aparición de bacterias. Además, los gérmenes no pueden
multiplicarse sobre la piel desnuda, así que el mero contacto con el asiento
del inodoro no es tan malo después de todo. Por el contrario, con el papel
higiénico la historia es muy diferente.
Es bien sabido que (casi)
nadie cierra la tapa del inodoro después de usarlo y de tirar de la cisterna.
Como resultado de ello,
todos esos gérmenes se esparcen por todo el lugar y también se posan en el
papel higiénico.
Y a diferencia del asiento
del inodoro, el papel de baño es un lugar ideal para que los gérmenes se
instalen. Su superficie facilita la formación de bacterias.
Es precisamente el papel
infestado de gérmenes el que tomarás con tus manos. Luego, sin saberlo, te
tocarás la cara, lo que dejará que las bacterias traspasen a tu cuerpo.
Lo mismo pasa con los grifos
y los secadores de manos. La gente usa los grifos después de hacer sus cosas y
convierte el grifo en un verdadero imán de gérmenes. Y los grifos se tocan de
nuevo después de que otros se lavan las manos.
Lo mismo vale para los
secadores de manos eléctricos. Un reciente estudio demostró que los secadores
de manos eléctricos propagan las bacterias en un amplio rango.
En primer lugar, los
secadores de manos eléctricos expulsan el aire hacia el interior del lugar y,
de este modo, lanzan los microbios y los virus al aire, y en todas direcciones.
Además, después de lavarte las manos, normalmente siempre te quedan gérmenes
residuales, que en lugar de ser eliminados por los secadores de manos, se
extienden aún más..
En general, cuanto mayor sea
la corriente de aire, más gérmenes se esparcirán por el lugar. La mejor
alternativa son las servilletas de papel, que de hecho eliminan muchos más
gérmenes.
Pues así están las cosas;
desde ahora quizás desconfíes más del asiento del papel higiénico que del
inodoro en sí.
Y la próxima vez que uses un
servicio público, recuerda que un asiento sin nada es siempre la mejor opción.
Y es que a veces la
imaginación es mucho peor que la realidad.
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